Todos vivimos lo que escogemos. El problema, según los casos, es que existe algo más como regalito.
Queremos un perro para que nos haga compañía, pero después se añadirán las molestias de cuidarlo, vacunarlo, etc. ; queremos el dinero, pero después temeremos por su pérdida; queremos la sexualidad, pero no los hijos; yo quiero viajar y escojo un buen viaje, pero después también se presentan las posibles complicaciones de agencias, hoteles, mareos, pérdidas de equipaje, etc. . Todas las cosas tienen su cara y su cruz.
Los problemas, enfermedades, etc. , nunca los tiene el Testigo. El es siempre el espectador.
El espectáculo está en la mente. Seamos conscientemente el Espectador.
