En ocasiones, cuando más ajeno estás a todo, cuando menos esperas que ocurra algo que altere tu vida, el destino decide jugarte una mala pasada y te golpea en la cara con guante de hierro. Entonces miras a tu alrededor, desconcertado, y te preguntas por dónde vino el golpe y qué ha pasado exactamente para que el suelo se esté hundiendo bajo tus pies. Darías lo que fuera por borrar lo que ha sucedido, añoras tu normalidad, tus viejas costumbres, quisieras que todo volviera a ser como antes... Pero ese antes es otra vida, una vida a la que, incomprensiblemente, ya no puedes regresar.
( El Origen Perdido, pags 42-43 ed. Planeta (Matilde Asensi) ).
Esto lo leí sobre las 8.50 y a partir de las 9.33 ..... zas..... comienza la pesadilla.
No quiero ni puedo contar lo sucedido, pero la mañana que me tocó pasar no se la deseo a nadie y ni yo mismo lo expresaría mejor que lo leído como si fuera una premonición de un futuro reciente y ojalá olvidado en un verdadero futuro, espero que me lo recuerde solamente esta entrada y no la maldad frustrada de un mal día amenazador de desesperación humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario